Bicameralidad: Inoportuno Globo de Ensayo

El debate sobre la bicameralidad parlamentaria en el país tiene larga data. Hay desde siempre opiniones a favor y en contra, y así mientras que unos la reclaman por considerar que habría una producción legislativa más democrática, madura y reflexiva, y se evitaría una “dictadura de Asamblea única”, existen también voces discordantes que señalan que habría un mayor dispendio de recursos, que se establecería una casta de parlamentarios por encima de otra, y que se crearían retardos y conflictos.

congreso.

El unicameralismo resultante de la Constitución de 1993, forjada durante el fujimorismo, ha sido, por otra parte, severamente criticado por tirios y troyanos. Durante los gobiernos de Paniagua, Toledo y el segundo de Alan García se puso en debate la conveniencia o inconveniencia de regresar al sistema de doble Cámara Legislativa que consagraba la Carta Magna de 1979.

El propio actual mandatario, Ollanta Humala, deslizó durante su juramentación el 28 de Julio del 2011 la posibilidad de regresar a ella, y por ende al sistema de Senado y Diputados, y pese a las protestas del fujimorismo, la propuesta fue vista con buenos ojos por la demás fuerzas políticas.

Sin embargo, el tema no pasó de ser un globo de ensayo y muy pronto fue olvidado. Ahora ha vuelto, y no puede ser más inoportuno, debido a la coyuntura política que en estos momentos atraviesa el país.

La ciudadanía ha madurado y se da cuenta cuando es que un asunto de éstos reviste importancia para la gobernabilidad, y cuando se trae a la mesa simplemente como elemento de distracción para acallar situaciones de crisis como las de la inseguridad creciente que vivimos, y el reciente escándalo que ha involucrado a altos mandos policiales y militares en la protección que se ha venido dando a operadores de la mafia montesinista.

De ahí que hayan salido voces a calificar de inviable esta propuesta, en las actuales circunstancias. Y los argumentos no dejan de ser válidos. Siendo el Parlamento una de las instituciones más desprestigiadas del país, a la población se le pone la carne de gallina de imaginar que habría que gastar más dinero, quizás el doble de lo que ahora cuesta el Poder Legislativo, en mantener más “comeoros”, “lavapies”, “robacables” y Padres de la Patria acusados de mil y un delitos y faltas, como acoso sexual, desconocimiento de hijos, tráfico de influencias, vínculos con el narcoterrorismo, y metidas de mano en el sobre de sus empleados y asesores.

Y el harakiri del propio globo de ensayo fue poner en el mismo saco la posibilidad de volver a las senadurías vitalicias para los ex Presidentes de la República, en momentos que existen acusaciones y procesos contra varios de ellos. El ex mandatario Alan García ha señalado que le parece absurdo y que no respaldará la propuesta. El debate tendrá que esperar una nueva oportunidad.

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