Potenciar a las personas es la clave del desarrollo

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Tomando como cierta la premisa de que es en la Universidad donde se forma eficazmente el capital humano, tendríamos que concluir que a más universidades en el país, mayor concentración de elementos capaces de contribuir con el desarrollo de nuestra nación. Sin embargo, es evidente que esto no es del todo veraz.

La proliferación de universidades en nuestra patria casi siempre ha estado teñida de tintes políticos, y para algunos congresistas el presentar un proyecto de ley al respecto para la creación de un campus en sus provincias, es una manera de ser recordados a la hora de recaudar votos como benefactores de la juventud. Y así tenemos docenas de universidades sin mayor presupuesto, con una infraestructura inadecuada, y con docentes que no calificarían ni en escuelas o institutos de educación superior, en aras de la mentada frase de que «la competencia es buena» o para bienestar de quienes piensan que es mejor tener profesionales con títulos que verdaderos emprendedores que, sin ese requisito, han demostrado tener mejores capacidades para interactuar con el mundo globalizado y alcanzar el éxito.

Una país con buena educación y formación profesional no necesariamente es un país que tiene más de 100 universidades expidiendo certificados y diplomas en carreras en las que hay saturación de egresados desempleados, que no lograrán obtener puestos de trabajo que les permitan ingresos significativos. Esa no es la manera inteligente, desde mi punto de vista, de alcanzar un crecimiento de los ingresos per cápita que ostentan otras economías mundiales, como las de Asia, que pese al crecimiento poblacional sí logran mantener equilibradas sus cifras, y tienen una sociedad diferente de la nuestra, en la que existe vulnerabilidad, marginación, desigualdad, y por ende, pobreza.

En un mundo globalizado, interconectado gracias a los sistemas informáticos, donde la información es un valor  más importante que el propio dinero, adquiere también suma importancia el que una sociedad cuente con personas competitivas, con conocimientos, capacidades, destrezas que las conviertan en los líderes que se necesitan para el desarrollo de estrategias destinadas a dar calidad de vida en salud y educación, primordialmente, y en generación de ingresos económicos, como consecuencia.

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Salir del subdesarrollo no es sólo tener edificios más grandes, contar con lo último en tecnología audiovisual o informática, que existan más rutas aéreas con destino en nuestros aeropuertos, que nuestra gastronomía sea más reverenciada que ahora, en que incluso está en el zenit, o clasificar a un Mundial de Fútbol. Es principalmente un cambio de mentalidad, una reingeniería que nos haga entender la suprema importancia del capital humano en el proceso de nuestro progreso como nación. La meta es tener ciudadanos no sólo bien formados académicamente sino que también sean productivos, proactivos, honestos y solidarios.

Pese a todos los esfuerzos desplegados en los últimos años en nuestro país, y a la importancia que han cobrado los Gobiernos Regionales, el nuestro es aún un país centralista, que acumula capital humano desperdiciado en la capital. En las provincias no sólo no hay médicos, policías, maestros o ingenieros agrícolas competentes, sino que no son plazas atractivas para que los investigadores y especialistas en planificación y desarrollo decidan trabajar proyectos de inversión o de infraestructura social que signifiquen un mejor aprovechamiento de los recursos que otorgan los diferentes mecanismos presupuestales a cada zona.

Todos los diagnósticos, por otro lado, apuntan a señalar que casi el 60% de la población económicamente activa en el Perú se encuentra en la informalidad, lo que significa que prácticamente el 36 o 37 por ciento del PBI está en ese sector. En los últimos años se ha dado un impulso importante a la formación de Pymes, que han permitido la formalización de un buen número de peruanos, pero por ignorancia, flojera o aparente «viveza» aún existen muchos viviendo y trabajando en una legalidad precaria, sin pagar impuestos (que es cierto son demasiado altos, pues no es lo mismo dar servicio de impresiones, fotografía o diseño de webs que administrar un banco, un hotel de lujo un un consorcio alimenticio, hipotecario o de estudios, y no deberían tener todos la misma tasa del IGV).

Potencializar el capital humano, es pues, tarea fundamental, no sólo de las empresas privadas y el Estado, sino de todo el país en su conjunto. Hay mucho talento desperdiciado, en diferentes rubros de la sociedad, y es menester que entendamos que es crucial gestionar adecuadamente la inversión en él. Esa es la mejor herramienta para alcanzar niveles de progreso y desarrollo sostenibles en el tiempo.

2 comentarios en “Potenciar a las personas es la clave del desarrollo

  1. Parece, pero esto sucede, en el País de Las Maravillas (Perú) : Donde lo justo es Injusto y lo injusto es injusto. Nuestra legalidad es ilegitima y la ilegalidad no necesariamente es desobediencia a la ley sino muchas veces la utilizan contra la protesta que denuncia la corrupción. Valgan verdades, inicialmente pensé que la solución estaba en la identidad, pero con la ineludible globalización todos ya somos uno.. El problema merece una solución mas noble y es más simple de lo que creí.. Nuestros pueblos adolecen de una miopía cultural y una predisposición al Chi Che Ño por su destino ignoto. Respondemos automatas a una fiesta democratica por el miedo a la multa. Callamos la trampa cotidiana de la timocracia por el miedo impuesto durante quinientos años. Vamos a decirlo bien, se trata de ubicuidad… La gente aun con mucha educación esta muy desubicada de su verdad historica y de su responsabilidad como nación. El grupo humano que responde a un ideal de acorde a su cosmovisión lo hace contundente y concreto. La falacia recibida en las carpetas como curricula han consignado a la clase disente a la estupidez Latinoamericana…. Hay mucho de que hablar… El poder del Capital y su crónica de muerte anunciada esta en puerta. ¿El dinero va a detener la cantidad de desastres naturales vaticinados por los secretos de la gran piramide en Egipto, el calendario solar maya, los escritos de Nostradamus, lo que dice la Biblia al respecto, etc etc.. El dinero podra comprar en la tierra un lugar exento de la gran calamidad? El hombre va a regresar a su origen y entendera que todos somos uno y uno es para todos. Esto no es socialismo ni comunismo… Se vienen cambios fuertes donde el dinero sera pobre y predominará la histeria colectiva: La ceptacion de un Dios. Nacera asi: La vida en comunidad..

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